Piedemonte de Santiago

El piedemonte de Santiago juega un rol muy importante en la definición de las condiciones de vida de la ciudad y sus habitantes. Es el elemento del paisaje de mayor magnitud, tiene un carácter omnipresente y está arriagado en el subconciente colectivo de las personas que viven o visitan la ciudad. Aunque solo consituye las primeras aproximaciones de la Cordillera de los Andes, de mayor envergadura y tamaño, se le reconoce como un símbolo de ella.

Al igual que la ciudad de Santiago, el piedemonte tiene un clima mediterráneo semiárido. Específicamente, se encuentra dentro del bioclima Mediterráneo Pluviestacional-oceánico. La variación altitudinal entre 900 y 3.000 msnm provoca que en las zonas bajas se presenten condiciones similares al valle de Santiago, con precipitaciones anuales cercanas a los 430 mm y una temperatura media anual de 12,8°. En las partes altas las condiciones corresponden clima de altas cumbres, con temperaturas más bajas y precipitaciones tipo nieve. La vegetación pertenece a las regiones ecológicas de la estepa alto andina (zona alta) y del matorral y bosque esclerófilo (zona baja). Específicamente, corresponde a formaciones denominadas matorral esclerófilo andino y bosque esclerófilo de la pre-cordillera andina.

Esta zona, de 13.242 hectáreas, presenta una topografía de pre-cordillera con cerros de distintas envergaduras cuya caras miran principalmente hacia el Oeste, con un desnivel máximo de 2.353 m y una extensión en el sentido norte-sur de 26 km. Administrativamente, el Contrafuerte de Santiago pertenece un conjunto de comunas: Lo Barnechea, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto.

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El piedemonte presenta formaciones vegetales de bosque, matorral arborescente, matorral y pradera.  Además, en las zonas de mayor altitud se constata la presencia de la estepa alto-andina, constituida por un mosaico de praderas y matorrales bajos. El siguiente cuadro resume las superficies por tipo de hábitat.

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